miércoles, 24 de octubre de 2012

Hoy: Independencia de México.


Con los antecedentes europeos de la Revolución Francesa y la caída de Fernando VII, las ansias de libertad e independencia de las colonias hispanoamericanas se reavivaron a partir de 1808.
Los criollos comenzaron a organizarse y a luchar por conseguir su independencia.
En México se formó un grupo encabezado por el Cura Párroco del Pueblo de Dolores, Miguel Hidalgo y Costilla. (*)
Siendo Virrey de México, Francisco Venegas, en la madrugada del 16 de septiembre de 1810, se sublevaron apoyados por la población, y rápidamente cundió el fervor patriótico. Pero los realistas atacaron y se impusieron. Los revolucionarios fueron hechos prisioneros, apresados, y el 1º de agosto de 1811 fue fusilado su jefe, el cura Hidalgo y Costilla.
Pero las ideas ya habían despertado el fervor de la población. Y otros patriotas siguieron la causa de Hidalgo. Así aparecieron patriotas mártires como el sacerdote José María Morelos, inmolado en el sitio de Cuautla, en 1812, y otros seguidores de las ideas revolucionarias como Francisco Javier Mina.
El General Vicente Guerrero dirigió a quienes ofrecían resistencia, y negoció con el español Agustín de Iturbide, quien desobedeciendo al Virrey, se alió con Guerrero para independizar a México y lograr una monarquía moderada en el Imperio Mexicano. En 1821 firmaron el Plan de Iguala que fue jurado el 24 de febrero de 1821, en el pueblo de dicho nombre, Iguala.
Se firmó el Convenio de Córdoba y una Junta Provisional Gubernativa se instaló en México y el 28 de septiembre de 1821 se firmó el Acta de la Independencia del Imperio Mexicano.
El reino español no reconoció el Convenio de Córdoba, un motín popular, así como fuerzas militares se levantaron, e impulsaron la propuesta de que Iturbide asumiera como Emperador. Así se hizo, y fue coronado el 18 de mayo de 1822 en la Catedral de México, como Agustín I.
Dos años después, Iturbide fue fusilado y el fervor del pueblo por una patria democrática comenzó a hacer efervescencia.
Así fue como en octubre de 1822 se estableció la República Mexicana, respaldada en una Constitución Federal.
El primer Presidente de la República fue Guadalupe Victoria.

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(*)El 16 de septiembre de 1810, llevando un estandarte con la imagen de Nuestra Señora de Guadalupe, patrona de México, Hidalgo lanzó el llamado grito de Dolores que inició la revuelta y, acompañado de Allende, consiguió reunir un ejército formado por más de 40.000 mexicanos. Tomó las ciudades de Guanajuato y Guadalajara en el mes de octubre, pero a pesar de sus éxitos, Hidalgo no consiguió llegar a la ciudad de México. El 17 de enero de 1811 fue derrotado cerca de Guadalajara por un contingente de soldados realistas, en la batalla de Puente de Calderón. Hidalgo huyó hacia Aguascalientes y Zacatecas, pero fue capturado, juzgado y condenado a muerte. Su cabeza, junto con la de Allende y otros insurgentes se exhibió, como castigo, en la alhóndiga de Granaditas de Guanajuato. Tras el establecimiento de la República Mexicana, en 1824, se le reconoció como primer insurgente y padre de la patria. El estado de Hidalgo lleva su nombre y la ciudad de Dolores pasó a llamarse Dolores Hidalgo en su honor. El 16 de septiembre, día en que proclamó su rebelión, se celebra en México el Día de la Independencia.



martes, 23 de octubre de 2012

Los Últimos Días del Sitio de Tenochtitlán.


En los caminos yacen dardos rotos,
los cabellos están esparcidos.
Destechadas están las casas,
enrojecidos tienen sus muros.
Gusanos pululan por calles y plazas,
y en las paredes están salpicados los sesos.
Rojas están las aguas, están como teñidas,
y cuando las bebimos,
es como si bebiéramos agua de salitre.
Golpeábamos, en tanto, los muros de adobe,
y era nuestra herencia una red de agujeros.
Con los escudos fue su resguardo, pero
ni con escudos puede ser sostenida su soledad.
Hemos comido palos de colorín,
hemos masticado grama salitrosa,
piedras de adobe, lagartijas,
ratones, tierra en polvo, gusanos...
Comimos la carne apenas,
sobre el fuego estaba puesta.
Cuando estaba cocida la carne,
de allí la arrebataban, en el fuego mismo, la comían.
Se nos puso precio.
Precio del joven, del sacerdote,
del niño y de la doncella.
Basta: de un pobre era el precio
sólo dos puñados de maíz,
sólo diez tortas de mosco,
sólo era nuestro precio
veinte tortas de grama salitrosa.
Oro, jades, mantas ricas,
plumajes de quetzal,
todo eso que es precioso,
en nada fue estimado.

 Testimonio anónimo transcrito, provenientes de la región de México

Bienvenidos!

Bienvenido a conocer la historia; un blog hecho por estudiantes para estudiantes del Colegio de Bachilleres del Estado de Sonora.
Aquí te mostraremos con notas, información, imágenes, vídeos, etc. el mundo de la historia de México 2.